jueves, 9 de diciembre de 2010

Introduccion al subtexto


Introducción al Subtexto



El siguiente texto es extraido del "Prólogo" del libro "Estudios de novela española moderna : Texto y subtexto de galdos a guelbenzu" de Francisco García Sarriá. Y lo ocuparemos como una introducción muy general sobre el Subtexto. Corresponde historicamente a un estudio del Realismo Español.


Quisiera desarrollar aquí la idea del subtexto que me ha sido de gran utilidad para abordar, en particular, las novleas del período de postguerra que suelen comprenderse bajo el nombre de realismo social o neorrealismo. En realidad no es sólo aplicable a este período de la narrativa española, sino a cualquier otro, y no sólo a la novela sino a la literatura en general.

La idea debe de ser tan antigua como la literatura misma. Conocido es que Carlos Bousoño distinguió, hace ya bastantes años, entre símbolos monosémicos y bisémicos. Estos últimos, diría yo ahora, apuntan en una doble dirección: la textual y la subtextual. Sabido es también que Antonio Machado dice al poeta:

Da doble luz a tu verso,
para leído de frente
y al sesgo.

Esta lectura oblicua es lo que llamamos subtexto.

Mas recientemente, Gonzalo Sobejano, sin pretensiones de originalidad alguna, habla, a propósito de El Jarama, de <<dos aspectos del símbolo, el general y el particular>> (1), es decir, de nuevo, lo que llamamos nosotros subtexto y texto respectivamente.

Es posible establecer una tipología de la novela basándose en los dos polos del arte verbal que ha distinguido Roman Jakobson, el metafórico y el metonímico (2), y en su indicación de que este último predomina en la tendencia llamada realista. Aunque en último extremo la metonimia aboque en negar la distinción entre ambas como elemento caracterizador de un tipo de narrativa (3).

Lo que ocurre es que existe una resistencia a superar la aparente contradicción de que la novela realista tenga una vertiente figurada que, en último extremo, la haga, en contradicción consigo misma, metafórica. David Lodge, señala que uno de los medios principales por los que la metonimia actúa, creando así en la novela realista otro plano de significación sin destruir la ilusión de realidad, es <<la cualidad o atributo particular de un significado dado que, destacado por un significante metonímico, viene a connotar, por asociación o similaridad, otro significado que no se haya de hecho mencionado en el texto. Se crea así un efecto cuasimetafórico sin recurrir a la figura retórica de la metáfora>> (4). Este uso metonímico abunda y es de primordial importancia en El Jarama. Pero, de por sí, no es la única base para la creación del subtexto que tiene esta novela. Concurren a él junto a la metonimia, la metafora, las imágenes , signos y expresiones linguisticos de doble sentido, alusiones geográficas e históricas, y, finalmente, la inclusión de un metarrelato que, como tal, nos explica el relato. Esta creación del subtexto tiene lugar no sólo en las descripciones, sino en las partes narrativas, e incluso en los diálogos a espaldas de los personajes. De hecho, de todas las novelas del período, El Jarama es la que posee el subtexto más amplio y de mayor coherencia.

Con ello no negamos la importancia del texto. Nadie mejor que Gonzalo Sobejano, con gran amor y penetración, ha comentado el plano textual de esta novela, ese <<día concreto y habitado>> que llega a pensar si sería exactamente el 8 de agosto de 1954. Pero al pasar este crítico del simbolo <<particular>> al <<general>>, enmarca aquél en un fondo universal, <<al igual>>, nos dice, <<que las sentencias universales y los lugares comunes de las otras estrofas de Jorge Manrique (<<Nuestras vidas son los ríos...>>) ponían de relieve aquel grupo de estrofas referentes a un ayer vivido por el poeta>> (5). Esta insistencia (no sólo de Sobejano sino de otros numerosos críticos) a ver como subtexto de El Jarama una idea universalista semejante a la de Jorge Manrique, aunque esté vaciada de su doctrina cristiana, está a nuestro entender, fuera de lugar.
La concreción y detallismo con que se evoca ese particular día se compagina masl con un fatalismo universalista. De otro modo se daría en El Jarama la misma contradicción que Sánchez Ferlosio descubre, con razón, <<en las entrañas mismas del poema>> de Jorge Manrique (6).

Si es posible aducir razones extrínsecas a la novela en favor de nuestra interpretación, podríamos invocar la indignación con que Sánchez Ferlosio se alza contra el intento de ahogar la Historia en los universal. Refiriéndose al eslogan publicitario, <<los horrores de la guerra en la jungla>>, con que se anunció en las carteleras de Madrid la película Boinas Verdes, exclama: <<¡En la jungla! No podía haberse encontrado un término más ajeno a la Historia, más extraño a toda idea de países concrretos, de nombres propios, más fuera de toda memoria humana>> (7)

Mal podría quien esto profiere subsumir su día a orillas del Jarama en un fond universalista. El símbolo general de El Jarama es también particular, no se trata del río manriqueño sino del curos que ha tomado la Historia de España.

En el ensayo aquí recogido sobre El Jarama no hablamos de texto y subtexto, hemos preferido dejarlo como se concibió originalmente. Hoy día hablaríamos, con mayor precisión, de texto en vez de plano realista, y de subtexto en vez de plano poético.

Igual podemos decir del estudio aquí incluido sobre Tormenta de Verano. En cuanto al relativo a Camino de Perfección, no es difícil, ver que la ordenación de la narración en torno a los motivos del sol y del agua, con la significación que les atribuimos, es de orden subtextual. En el caso de Torquemada en la Hoguera, remontándonos al realismo del siglo XIX, substituiríamos hoy día plano alegórico por plano subtextual (8).

Por su carácter indirecto u oblicuo nos referimos a esta manifestación del autor en la obra con el nombre autor tácito. Junto éste con el autor expreso, el que se manifiesta en el texto, nos sirven para llegar a la idea del autor implícito de que habló hace años Wayne Booth.

No se trata de la pluralidad de lecturas posibles de una obra (que puede ocurrir tanto en el plano del texto como en el del subtexto), cosa que admitimos plenamente (cada uno sólo puede responder de sí) sino de una red de referncias internas en la obra misma que lleva a otro plano de significación, a un subtexto que, en cuanto tal, es un texto también.

Aunque añade profundidad y complejidad a la obra, la presencia de un subtexto no lleva aparejada de necesidad un juicio valorativo favorable. Su único hijo de <<Clarín>> tiene un subtexto ya implicito en el título de la novela. Se trata del hijo único de Bonis al que bautizan con el nombre de Antonio, y tambíen de <<su único Hijo>> del Credo, así se explica que Bonis le llama Jesús. Antonio pertenece al texto, Jesús pertence al subtexto. Sin embargo, gran parte de la crítica, no nosotros, considera que La Regenta es mejor novela que Su Único Hijo.

Nos parece indudable que el subtexto, en las obras en que existe, añade un plano de significación que las ilumina de modo definitivo. No tenerlo en cuenta resultaría en una visión truncada de las mismas.

Francisco García Sarriá
University of Edinburgh.

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  1. <<Retrovisión de El Jarama: el día habitado>>, en Entre la Cruz y la Espada: En Torno a la España de posguerra, Homenaje a Eugenio García de Nora, Ed. Gredos, Madrid, 1984, pp. 327-344.
  2. A este respecto los dos trabajos fundamentales de este linguista son <<The Metaphoric and Metonymic Poles>>, en Fundamentals of Language, que coeditó con Morris Halle, La Haya, 1956, pp. 76-82, y <<Closing Statement: Linguistics and Poetics>>, en Stylein Language, ed. Thomas A. Sebeok, Cambridge, Mass, 1960, pp. 350-370. Existe traducción española, <<La linguística y la poética>>, en Estilo del lenguaje, Cátedra, 1979, pp. 123-73
  3. Como han hecho David Lodge en The Modes of Modern Writing, Edward Arnold, Londres, 1977, con respecto a la novela inglesa realista y <<modernista>>, Cuadernos Hispanoamericanos, núm 286, 1974, Madrid, pp. 173-87, con respcto a la novela en lengua castellana.
  4. <<The particular property or atribute of a given signified that is highlighted by a metonymic signifier connotes, by association or similarity, another signified not actually mentioned in the text, thus creating a quasi-metaphorical effect without the use of the rhetorical figure of metaphor>>. Nota a la 2a ed de 1979, Op. Cit., p. XIV. La traducción al español es nuestra.
  5. Op. Cit., pp 343-4
  6. Las semanas del jardín. Semana segunda, Nostramo, Madrid, 1974, p 216.
  7. Las semanas del jardín. Semana primera, Nostramo, Madrid, 1974, p 22, en nota.
  8. En el citado artículo de Roman Jakobson insinúa éste la posibilidad de extender la polaridad metáforica/metonima a la pintura (el cubismo sería así metonímico y el surrealismo metafórico) y al cine gracias a las posibilidades que posee éste de primeros planos sinecdóquicos y escenarios metonímicos. Las películas de Luis Buñuel, o algunas de ellas, como por ejemplo Ese Obscuro Objeto del Deseo, podrían invocarse para corroborar estos asertos.

¿Que tal? Interesante ¿eh?

Hay que resaltar que este texto tambien abarco, aunque en las citas solamente, la extensión que conlleva el subtexto a otras obras intelectuales en distintos soportes de información, en este caso, se concentro en las películas.

Los estudios del subtexto en lengua española son pocos pero muy interesantes y aunque este no corresponde a un estudio de anime, manga o fanfics si corresponde a una larga y antiquisima tradición de sacar el subtexto de las obras de formas distintas.

Mas alejado esta de hablar sobre el subtexto homosexual y homosocial en las obras, pero iremos viendo esto de poco a poco, mientras tanto me parece un texto muy rico en lo que es el subtexto y lo que quiere decir de el, por eso lo decidi compartir con ustedes =3.


OBRA CONSULTADA :
Francisco García Sarriá. Prólogo. En: Estudios de novela española moderna : Texto y subtexto de galdos a guelbenzu. Madrid : Playor, 1987.  p. 7 - 11. (Coleccion nova scholar).



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